Yo soysimona, mi primer día de trabajo a los 15 años fue en una lavandería, me quedé un día en esa lavandería, porque esa mañana entró la mujer que luego se convirtió en mi dueña de un centro de belleza en Monza, donde estuve 19 años. Allí aprendí el trabajo en la cabina de estética, me gustaba y se me daba bien. Con los años comencé a acercarme al masaje y en el 2006 cuando conocí a "afable", un mundo mágico se abrió para mí,productosaltamentecalificado,aceites esenciales purosy una academia donde aprendí, y sigo aprendiendo, lafilosofía de la medicina tradicional chinaUnido atecnicas orientalesy occidentales. En todos estos años, 35 para ser exactos, he seguido investigando siguiendo lo que me decía mi instinto, las señales de mi cuerpo, así que, después de la primera pandemia, comencé a desarrollar mi sueño: dedicarme por completo a mis masajes. Abrí mi página de Instagram"latuacurandera" y esperé. Las primeras veces sufrí, como en todas las cosas cuando se inicia un cambio, porque eso significaba renunciar a una enorme tajada de clientes que solo se interesaban  en la estética tradicional.

Aguanté y continué la míacamino de crecimiento personal, llegando a comprender cada vez más que mi naturaleza es esta,ayudar a las personas a sentirse mejor.Nací así... Todavía tengo el informe de primaria donde la maestra escribió  "Simona siempre está dispuesta a ayudar a sus compañeros..." .

Hoy soy feliz, mi sueño va creciendo día a día con mucha satisfacción. Creo que, más allá de la técnica, la diferencia en un trabajo como el mío es la cara.la personausted está,empatíadebes tenerlo en tu ADN, de lo contrario nunca llegarás a "ESCUCHAR", lo que  permite conectar con elalma de la gente. Toda esta transformación se la debo también a mi espléndido equipo, mi familia, Enzo y Elena, sin ellos hubiera sido más difícil,   son mis primeros seguidores, me animan y estiman y sobre todo yo aman con un amor puro.

"SI TU QUIERES TU PUEDES"palabra de curandera 💙